Olla y pelota

La tradición de los paseos de olla no se ha extinguido. Por lo menos no en mi familia. Y me gustan, los disfruto mucho. Recuerdo que cuando tenía unos 8 años y tenía menos responsabilidades, era común levantar cerca y a tirarse al pasto a comer! Las señoras de la familia como siempre organizaban el almuerzo mientras los hombres nos dedicábamos a un siempre entetenido picadito.

El último paseo de olla fue el fin de semana pasado. Esta vez la idea era elevar cometa. Ya mis tíos están más barrigones, ya son padres todos. Así que ya no aguantan el tradicional picadito como antes. Eso queda en manos de mi hermano y mis primos y claro yo.

Los tíos iban a enseñarles a sus hijos pequeños a elevar una cometa. Aunque casi toda la tarde los niños pequeños se dedicaron a correr mientras sus padres elevaban las cometas. Me gustó mucho ver a estos señores felices elevando cometas. Hace mucho no veía a mis tíos relajados con la cara al viento y despeinados como cuando eran jóvenes, y jodían la vida todo el día. Como siempre los Abuelos, cada uno en lo suyo, la Abuela organizando, el Abuelo pendiente de sus muchachos, desde mi madre (50) hasta el menor de mis primos (8 meses).

Me considero un tipo muy afortunado, tengo una familia muy bacana y unos amigos como nadie.

PS: El comején. Wilfrido Vargas.