La libreta.

Y claro ni modo de volver el tiempo atrás, cuando todo era tan incierto pero tan emocionante, me he habituado a esta cotidianidad, en la que la hora de las comidas se ha convertido en una constante. Los saludos son premeditados, y siempre dirigidos a las mismas personas. De lejos observo el pasado, y a veces lo extraño, así como extraño esa libreta en la que empecé a escribir cuando tenía 8 años, esa que tenía un globo en la tapa y los renglones grandes.

He recordado mi frustración por no saber pintar, es fácil recordar ese tipo de frsutraciones cuando las palabras parecen haberse terminado, y sin embargo el cuadro del barco naufragando sigue vívido en mi cabeza. "Tal vez así es como ves las cosas" me dijiste una vez en tono benevolente al observar un intento de perro al que mejor le iría dejándose morir. Sonreí y comprendiste que lo que veía y lo que pintaba no tenían relación alguna, en algún punto la comunicación mente-mano se perdía irremediablemente. Por eso recordé la vieja libreta, esa que vi por última vez en un trasteo, esa que releí por última vez mientras llegaba el camión, esa que decidí llenar de palabras, porque las imágenes se me pierden y se me vuelven confusas. Esa que me convirtió en escritor aficionado, en aficionado a escribir siendo riguroso.

PS: I wanna be your boyfriend. The Ramones.