martes, septiembre 06, 2005

Recurrente.

Quise buscarte conversación. Recordé conversaciones de tardes felices cuando aun sonreías con facilidad. Una y otra vez te llevé por viejos caminos conocidos, con la esperanza de hacerte recordar. Claro que recordabas, solo que ya no importaba. Algo se había roto. Te limitaste a encender uno tras otro de tus mentolados, apartando el pelo de tu cara, y diciendo entre dientes que eras la puta cagada, que no podías seguir así.

Ya no pude traerte de regreso. Ya no tenía como. Ni yo mismo sabía como regresar, había perdido ese toque de ingenuidad optimista que solo los años y la realidad consiguen convertir en cómodo cinismo. También mi mirada estaba cansada. Entendí muchas cosas en esos últimos días, muy pocas tenían que ver contigo. Supe que la realidad no era como la veía, ni siquiera como me la quisieron mostrar, sino como es. Y ya no había tiempo. También yo he muerto un poco, tu has muerto muchas veces, a veces siento que es tiempo perdido, te veo y no veo nada de lo que había. Y sé que te pasa lo mismo. Muy de tarde en tarde encontramos algo más. El cansancio nos vence. Quisiera volver a ser tu apoyo, y solo consigo pensar en lo malo que es mezclar tragos. Esta noche eterna me tiene muy, muy cansado, y tu no dejas salir el sol. Y sabes que es lo peor? Te huyo porque tus palabras siempre me acaban. Así ría en tu cara y finja que no me importa. Me acabas. Lentamente me vas matando.

PS: Mañana. Mikel Erentxum.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

:S

hay más que casualidad...

ay mamá

7:59 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

bTe huyo porque tus palabras siempre me acaban...... wow esas palabras me calaron a mi..... me hicieron recordar...
Un saludo para ti!!

1:20 p.m.  

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