Sobre Monserrate
Vamos a tomar un café-le dije. Bueno-me respondió mientras cogía su maleta y se ponía a caminar a mi lado.
Ella pidió un helado, no recuerdo cual, yo pedí un café. La dejé hablar, la escuché y de cuando en cuando le decía algo que la hacía reír. Estuvimos hablando casi dos horas. Dos horas en las que casi me contó su vida. Me hubiera gustado poder escucharla realmente. Me hubiera gustado estar ahí en ese momento con ella. Pero no pude. Esa sensación de cansancio, de estar repitiendo un guión, de seguir una serie de pasos premeditados y ensayados hasta probar su efectividad, me estaba aniquilando. Tal vez extraño eso. Extraño aquel tiempo en el que me sentía parte de algo, me sentía vivo. Desde hace un tiempo venía sintiendo que yo estaba afuera. Que todo lo observo desde afuera, desde muy lejos.
La acompañé hasta la estación de transmilenio. Estuve pensando en sus manos de largos dedos, y en cuanto me gustaría sentirlas caminar frías sobre mi cara. Nos vemos mañana? me preguntó. Claro-le dije, mientras pensaba en que me gustaría comprobar si sus piernas eran tan blancas y suaves como sus brazos. En qué piensas? preguntó. En nada, estaba mirando la luna sobre Monserrate-le mentí. Mírala, sácale una foto... sonrió y no se dio cuenta que yo no estaba allí, que tal vez ni siquiera hubiera un mañana.
PS: Extraño. Los Rodríguez.
Ella pidió un helado, no recuerdo cual, yo pedí un café. La dejé hablar, la escuché y de cuando en cuando le decía algo que la hacía reír. Estuvimos hablando casi dos horas. Dos horas en las que casi me contó su vida. Me hubiera gustado poder escucharla realmente. Me hubiera gustado estar ahí en ese momento con ella. Pero no pude. Esa sensación de cansancio, de estar repitiendo un guión, de seguir una serie de pasos premeditados y ensayados hasta probar su efectividad, me estaba aniquilando. Tal vez extraño eso. Extraño aquel tiempo en el que me sentía parte de algo, me sentía vivo. Desde hace un tiempo venía sintiendo que yo estaba afuera. Que todo lo observo desde afuera, desde muy lejos.
La acompañé hasta la estación de transmilenio. Estuve pensando en sus manos de largos dedos, y en cuanto me gustaría sentirlas caminar frías sobre mi cara. Nos vemos mañana? me preguntó. Claro-le dije, mientras pensaba en que me gustaría comprobar si sus piernas eran tan blancas y suaves como sus brazos. En qué piensas? preguntó. En nada, estaba mirando la luna sobre Monserrate-le mentí. Mírala, sácale una foto... sonrió y no se dio cuenta que yo no estaba allí, que tal vez ni siquiera hubiera un mañana.
PS: Extraño. Los Rodríguez.
6 Comments:
Hola!... Leo de manera constante tus post.. me encanta tu manera de escribir... pero se siente que vives mucho en lo que pudo ser, será que no es mejor salir definitivamente de esa historia?
Pues aquello de sentir que no se está y de repetirse es realmente una sensación constante en ciertos espacios, últimamente. Crei que era el único ingrato que adolecia de eso.. bueno saber que no. Saludos.
He peleado mucahs veces con Abdalá pensando si uno se para y deja que la vida pase, o si la vida está quieta y uno pasa por ella... Independientemente de la manera que realmente sea, yo digo que lo importante es vivir!
SI hay unapróxima, tal vez podrías ESTAR, no crees?
Hace rato que no me pasa eso (afortunadamente). Bacano el post
Un saludo
Narración urbana. Me agrada imaginar las acciones en tus palabras.
Monserrate...
Una buena salida...
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